Leído: ‘Años lentos’, de Fernando Aramburu
He llegado tarde a Años lentos, la novela que Fernando Aramburu publicó en 2011 (después ha editado La gran Marivián). Se trata de una novela de no mucha extensión (224 páginas en la edición de papel), que mezcla la narración de la peripecia con una serie de reflexiones sobre la escritura del libro que no se quedan en la mera metaliteratura, sino que también hacen avanzar la acción.
El protagonista es un niño de una familia pobre navarra que va a vivir con sus tíos en un San Sebastián que está muy alejado de cualquier atractivo. La Concha, omnipresente en la imaginación de quienes vivimos cerca de esa ciudad, es evidente por su ausencia. La vida de los familiares, cargada de pequeñas y grandes miserias, más que la del propio niño, que es relativamente feliz y que narra la historia cuando ya es un adulto, sirve para presentar unos años, a caballo entre los 60 y los 70, en que el trabajo, la religión, el nacionalismo, las convenciones, ETA… pesan en el ambiente hasta el punto de provocar la lentitud del tiempo.
Aramburu describe un tiempo que resulta familiar sin la épica de un Cuéntame, pero con sentido del humor. Una lectura entretenida que capta el espíritu de una época.